Hoy vamos a hacer historia
Sabemos de sobra que la convocatoria de un paro de 24 horas para hoy 8 de marzo ha generado mucha controversia. El Gobierno, la patronal, los sindicatos de concertación, los medios y la Iglesia están alarmados y confundidos ante una situación totalmente inédita: una huelga feminista organizada al margen de los cauces habituales. Pues bien, vamos a dejar las cosas claras.
¿Por qué hacemos huelga?
Porque queremos. Porque somos mujeres y día a día vemos cómo se nos discrimina en función de nuestro género. Porque cobramos menos que nuestros compañeros y no lo entendemos si hacemos el mismo trabajo. Porque nos relegan a unas tareas específicas diciéndonos que es por nuestro bien o que hemos nacido para estas faenas, sin consultarnos y sin caer en la cuenta de que podemos hacerlas igual o mejor. Porque nos da miedo quedarnos embarazadas o decir que los estamos. Porque nos dicen que tenemos que enseñar más escote o ponernos monas. Porque aparte de todo esto tenemos que soportar bromitas y comentarios continuos, y encima forzar una sonrisa para que no nos señalen como la amargada de turno. Porque estamos hartas y queremos que se nos escuche de una vez.
Porque, aunque somos hombres, vemos el sufrimiento de nuestras compañeras, madres, hijas, hermanas, amigas…, y queremos apoyarlas y decirles que no están solas.
Porque podemos. Porque el llamamiento del movimiento feminista internacional ha sido legalizado en el Estado español por sindicatos que cuentan con la necesaria representación. Porque somos trabajadoras. Porque nos sentimos -cada vez más- fuertes. Porque entendemos la solidaridad como un compromiso ético, no como una palabra vacía. Porque somos anticapitalistas. Porque no nos dejamos manipular. Porque el cambio está en nuestra mano.
Porque queremos y porque podemos, pero además también porque estamos satisfechas con el efecto provocado. Porque sabemos que detrás de tantas manipulaciones, mentiras, insultos y desprecios se esconde el miedo. Y ese miedo nos dice que estamos ganando. Porque somos el demonio o, para hablar con propiedad, demonias.
Gracias al trabajo y a la lucha que se está realizando sabemos que hoy, pase lo pase, ya es una fecha histórica.
Hermanas, el final del heteropatriarcado está más cerca.