Manifiesto contra el teletrabajo y el aislamiento laboral

Desde hace décadas, si no siglos, que hay un sector de la Patronal que traslada el trabajo de la fábrica a casa de cada un@. En muchas famílias esto se ha vivido, por ejemplo, por el sector textil cosiendo a máquina, o montando piezas de ferretería como se hace en una cadena.

Te dan 30 pantalones y 30 cremalleras, y ándale en tu casa.
La empresa ahorra costes de local, de seguridad y de higiene porque lo pones todo tú. La versión más moderna es prestarte un ordenador portátil para que hagas tareas administrativas, en algún caso con la videocámara en marcha para vigilarte en casa, que hagas las horas y no vayas a comer ni mear más veces de la cuenta. Las horas extra no cuentan porque en tu casa «vas a tu aire». Pero esto va más allá cuando se destruye el horario.

Como ya ocurría en la construcción y la carpintería, se ofrece gente que ya tiene las herramientas en casa, y serán mejores candidat@s que otr@s a quienes hay que equipar.

Y lo fantástico para el Patrón es que el aislamiento social no te permite empatizar con tus compañer@s; no vas a saber de quien fiarte y no te vale la pena unirte para luchar.

El concepto de huelga desaparece, porque no hay centro de trabajo que puedas cerrar. Y si paras, no sabes quien más está parando realmente, o si estás sol@ en el mundo. Tampoco sabes quien más hay en plantilla ni lo que cobra o de qué se muere.

La Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es la base de la seguridad y la salud en un centro de trabajo. Y la existencia de un centro de trabajo es la base de que haya PRL. Nadie podrá organizarse para que se cumpla la PRL dentro del hogar.

Hay contados casos ventajosos, en que el empleador tiene cierta medida de dignidad y conlleva una efectiva conciliación de la vida familiar. En lugar de llevarte a los niños al trabajo, te llevas el trabajo para con los niños. Pero acaba siendo un espejismo todo el día, toda la semana.

Reclamar el teletrabajo asalariado o dependiente como necesidad, nos conduce al desastre humano y al suicidio sindical. Si el problema es la salud, arréglese la salud en el centro de trabajo.

LIBERTAD FALSA PARA ALGUN@S, COMO EN EL TEMA HORARIO.

Si ya no tienes hora estricta para empezar o para terminar, si ya no entras ni sales por una puerta, es que no hay precio para tus horas y estás trabajando a destajo. Es la puerta abierta para que te reemplacen por trabajador@s sin jurisdicción y sin inspección posible.